TLDR:
- Google está ampliando su seguimiento digital a través de dispositivos, incluyendo televisores inteligentes y consolas de juegos, a partir del 16 de febrero de 2025.
- Esta medida reintroduce la huella digital, un método controvertido (criticado anteriormente por la propia Google).
- La huella digital es más difícil de bloquear que las cookies, lo que ofrece a los usuarios menos opciones para proteger sus datos.
- Los organismos reguladores, como la ICO británica, advierten de que esto socava la capacidad de elección y la privacidad de los usuarios.
Introducción
Google se prepara para otra debacle de la privacidad. Después de retrasar la eliminación de las cookies de terceros durante no sabemos cuánto tiempo, ahora planea ampliar su imperio de rastreo para incluir la huella digital. Esto afectará no sólo a los navegadores web, sino también a televisores inteligentes, consolas de videojuegos y otros dispositivos conectados. Los reguladores están dando la voz de alarma (y con razón) ante este cambio.
Explicación
¿Qué es la huella digital? En pocas palabras: es un método de rastreo que recopila pequeños detalles sobre tu dispositivo para crear un identificador único (como las piezas de un puzle). Esto la convierte en una poderosa herramienta para los anunciantes, pero en una pesadilla para los usuarios.
Google justifica este cambio aludiendo a "tecnologías de mejora de la privacidad" que, según afirma, equilibrarán la privacidad del usuario con las necesidades de los anunciantes. Sin embargo, se trata de un paso atrás. La Oficina del Comisionado de Información del Reino Unido (ICO) advierte de que las huellas digitales reducirán aún más el control de los usuarios sobre el uso que se hace de sus datos.
Google argumenta que su enfoque permitirá una mejor segmentación de los anuncios en un panorama de dispositivos cada vez más fragmentado, que incluye televisores inteligentes y plataformas de juegos conectadas.
Impacto e implicaciones
Para los usuarios, este cambio socava el control limitado que tenían con el seguimiento basado en cookies. La eliminación de los datos del navegador o el uso de ajustes que tengan en cuenta la privacidad no impedirán que se tomen huellas dactilares. La nueva política hace más difícil eludir la vigilancia.
Para las empresas, se trata de un campo de minas reglamentario. La ICO ya ha advertido de que la toma de huellas digitales debe cumplir las leyes de transparencia. Las empresas que adopten estas prácticas sin considerarlas detenidamente se arriesgan a multas u otras sanciones.
Esta medida pone de relieve la lucha constante entre las grandes tecnológicas y la privacidad de los usuarios. Con el creciente escrutinio público, estos agresivos métodos de rastreo podrían resultar contraproducentes (esperemos que así sea).
Reflexiones finales
Este cambio nos recuerda una vez más que Google es una máquina de devorar datos. Los usuarios preocupados por su privacidad deberían reconsiderar su contribución a este sistema (cough Google Analytics cough cough).
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