El concepto de base jurídica se refiere a los motivos o justificaciones legales para recoger y tratar datos personales. Según la ley de protección de datos, las organizaciones deben tener una base jurídica para recoger y tratar datos personales. En otras palabras, deben demostrar que tienen un motivo legítimo para hacerlo.
Existen varias bases jurídicas diferentes que las organizaciones pueden utilizar para justificar la recogida y el tratamiento de datos personales, dependiendo del marco jurídico aplicable, así como de las circunstancias y el contexto específicos. Algunos ejemplos comunes de bases jurídicas son
Consentimiento: Esta es quizás la base jurídica más común para recopilar y procesar datos personales. Para que una organización se base en el consentimiento como fundamento jurídico, la persona debe haber dado su consentimiento explícito, libre e informado para que se recojan y traten sus datos personales.
Contrato: Si una organización necesita recoger y procesar datos personales para cumplir un contrato con un individuo, puede utilizar el contrato como base jurídica. Por ejemplo, supongamos que una persona ha firmado un contrato con una organización para adquirir un producto o servicio. En ese caso, la organización puede recoger y tratar los datos personales del individuo (por ejemplo, una dirección de entrega) para cumplir ese contrato.
Obligación legal: En algunos casos, la ley puede obligar a una organización a recoger y tratar datos personales. Por ejemplo, una organización puede verse obligada a recoger y tratar datos personales para cumplir con la legislación fiscal o laboral. En estos casos, la obligación legal puede utilizarse como base jurídica para recoger y tratar datos personales.
Si tiene curiosidad sobre las bases legales en el GDPR, escribimos un blog sobre el tema y un blog en profundidad sobre el consentimiento.