La localización de datos consiste en almacenar y procesar datos personales en el país o la región donde se recogieron. La localización de los datos suele estar motivada por la preocupación por la privacidad y la seguridad de los datos personales, y puede ser un requisito de las leyes y normativas sobre privacidad.
La localización de datos requiere el uso de centros de datos y otras infraestructuras dentro del país o región donde se recogieron los datos. Las organizaciones pueden garantizar que los datos están sujetos a las leyes y normativas de privacidad pertinentes almacenando y procesando los datos personales dentro del país o región.
La localización de datos puede tener varias ventajas, como la mejora de la privacidad y la seguridad, un mayor control sobre los datos personales y la reducción de los costes de transferencia de datos. Sin embargo, la localización de datos también puede tener inconvenientes, como el aumento de la complejidad y los costes y la reducción de la flexibilidad y la interoperabilidad.
Algunas leyes de privacidad, como el GDPR, establecen requisitos específicos para transferir datos fuera de una jurisdicción determinada. Cuando se aplican tales normas, la localización de datos puede limitar las cargas y los riesgos de cumplimiento para las organizaciones.